«El Reichstag, una vez muy dañado durante la Segunda Guerra Mundial y abandonado durante la Guerra Fría, es ahora el centro de la democracia alemana.

Las imágenes en blanco y negro capturan su caparazón quemado, su cúmula destrozada y sus paredes quemadas.
En la década de 1990, fue reconstruido con una moderna cuma de vidrio para simbolizar la transparencia y la unidad. Hoy en día, alberga el Bundestag y es un orgulloso símbolo de una Alemania reunificada.
Para Berlín, el Reichstag es más que un edificio, es el corazón de su democracia».